Las habilidades directivas mejor valoradas por las empresas
El desarrollo de habilidades directivas es uno de los principales objetivos de directivos/as y empresarios/as de sectores muy diversos. Un buen líder es aquel capaz de transmitir confianza y seguridad a los miembros de su equipo, de motivarles y de ayudarles a alcanzar la excelencia profesional. Estas capacidades se pueden potenciar
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Índice de contenidos
¿Qué entendemos por habilidades directivas?
Las habilidades directivas son competencias que capacitan a una persona para dirigir organizaciones y equipos de trabajo con éxito. Estas aptitudes van más allá de la formación académica, a pesar de que se pueden trabajar y desarrollar si nos esforzamos. Se trata de habilidades relacionadas con la psicología empresarial, la inteligencia emocional y el control del estrés laboral, entre otros. Muchas de estas son inherentes en la personalidad de cada individuo; sin embargo, se pueden adquirir a lo largo del tiempo.
Las habilidades directivas permiten:
- Crear sinergias positivas con otros directivos y directivas y sus equipos de trabajo.
- Fortalecer la cultura y los valores de la empresa.
- Atraer y desarrollar el talento de otras personas para que formen parte del equipo y mejorar las competencias de los empleados.
- Gestionar equipos de trabajo y los recursos de la empresa con eficiencia.
- Aplicar técnicas para resolver o mitigar los conflictos que puedan surgir en la empresa.
- Mejorar la calidad de los proyectos, productos o servicios que ofrece la empresa.
5 habilidades directivas imprescindibles
1. Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos las personas para identificar nuestras emociones y sentimientos, ponerles nombre y saber gestionarlas. Está relacionada con la asertividad, la empatía y el temperamento, entre otros. Una persona cuya inteligencia emocional esté bien desarrollada tiene mejor capacidad de gestionar los acontecimientos y las emociones negativas de su día a día. Para trabajar la inteligencia emocional propia hay que tomar consciencia de nuestras emociones, aceptarlas y no rechazar las negativas, y buscar su origen.
Por otro lado, la inteligencia social permite identificar las emociones de los demás y desenvolverse en situaciones sociales con mayor facilidad. Nos ayudan a interactuar con éxito y a crear relaciones de cooperación, duraderas y sanas.
2. Autoconocimiento
El autoconocimiento también está relacionado con la inteligencia emocional, ya que conocerse a uno/a mismo/a es clave para identificar nuestras fortalezas y debilidades, así como saber en qué situaciones nuestras emociones pueden ser positivas o negativas. Antes de intentar conocer a cualquier otra persona, tenemos que aprender a conocernos a nosotros mismos, a identificar aquellos aspectos en los que destacamos, aquellos en los que podemos mejorar, etcétera.
3. Comunicación
La comunicación es la clave en todos y cada uno de los ámbitos de la vida. A través de la comunicación, las personas y las empresas envían mensajes a sus destinatarios y públicos objetivos. Un líder cuyas habilidades directivas en comunicación estén bien desarrolladas tiene más probabilidades de conseguir clientes, fidelizar seguidores y alcanzar el éxito.
4. Resolución de conflictos
La asertividad y la inteligencia emocional son dos de los ingredientes clave para mejorar la resolución de conflictos. Un líder tiene que saber tomar decisiones orientadas a evitar o solucionar los incidentes que tengan lugar durante la jornada laboral. Para conseguirlo, se debe escuchar a los demás, sopesar todas las alternativas posibles y encontrar una solución adecuada para cada conflicto.
5. Liderazgo y gestión de equipos
Los buenos líderes saben lo importante que es que los miembros de su equipo trabajen con comodidad junto al resto de compañeros y compañeras. Por esta razón, una de las habilidades directivas más destacadas es la de gestionar equipos y grupos de trabajo y fomentar un ambiente armónico, agradable y proactivo. Además, el directivo o directiva tiene la responsabilidad de asignar roles y delegar tareas que se adapten a cada perfil profesional.